La Vida de Adán (Historias Italianexadas) Parte 5

Eran las 7 de la mañana, Adán se encontraba en su cama dormido, de pronto un extraño ruido lo despertaba, él no se movió, siguió exactamente como estaba dormido pero ahora sus ojos estaban lo más abierto posible, la tensión lo consumía. Una vez más escucho algo y en esta ocasión sabia de que parte surgía...el ruido estaba a solo unos metros, pero a través de una puerta, esa era la del baño de su cuarto. El rato paso y Adán estaba abrumado, consumido por el terror, paralizado ante el miedo solo tuvo un pequeño movimiento, el cual fue solo taparse con su cobija la cara, se cubrió todo su cuerpo como si fuera de esa manera como iba a alejar aquel demonio que esperaba el momento para salir y hacerle daño.

Las horas pasaban al menos para él, pero en realidad solo se trataba de segundos, quizá minutos y finalmente la puerta empezó a abrirse lentamente, debajo de la sabana Adán temblaba de terror, creía que era su fin, abrió sus ojos y observo una silueta que se acercaba dando pasos lentos pero a la vez firmes, aún así él siguió aferrado a su sabana como el escudo que impediría algún daño. La silueta empezó a mostrar más su forma a través de la sabana, era humana pero eso no alivio del horror a Adán. La cama se movió, aquella persona había subido, practicamente estaba a centímetros de él. Sintió una caricia en todo su brazo, empezando por el hombro, hasta llegar a la punta de sus dedos, no aguanto más Adán y se movió tratando de escapar pero ya lo habían tomado, cruzando su cadera con ambas manos y de pronto escucho una voz muy familiar diciéndole:

-Adán, ¿que te sucede? ¿tuviste una pesadilla? ¡Estas muy tenso!

Al final después de su tensión y miedo, se dio cuenta que era Silvia que estaba con el en la cama, con su misma figura tan excitante, lucia hermosa, ¡maravillosa! y su cara limpia solo mostraba una ternura y a la vez una entrega total hacia él.

-Disculpa, si, yo cleo que tuve un holible sueño y pol esa lazón tuve esta leacción -contesto Adán.

-Calla y solo ¡besame! ¡Besame Adán, no te quedes solo mirándome y dejate llevar por el amor, besame Adán y hazme el amor! -replico Silvia- Se audaz y elevame al cielo, abreme las puertas a ese mundo de sueños, vivamos la utopía que nuestra mente nos permita, quiero que me lo hagas como si fuera tú primera y ultima vez, Adán no te preocupes si eres nuevo en esto, yo te guiare, dejame te muestro este mundo maravilloso donde por medio del sexo, se unan dos cuerpos que terminaran siendo uno. Nuestro amor debe consumarse y quiero que me hagas un hijo, quiero ser tuya para siempre, quiero hacer una familia contigo, quiero envejecer contigo Adán. Dame la oportunidad de ser tu Eva.

Adán se soltó, no pensó en nada más y con miedo e inseguridades se dejo llevar por la creatividad de Silvia y empezó a elevar con delicadeza el camisón de ella, sus piernas empezaban a mostrarse en su totalidad, ella le daba besos en el cuello, en la frente, la oreja y de pronto un sonido surgió, muy fuerte y ensordecedor...¡Sus ojos se abrieron! Había sido un sueño, nada de eso era real, Sabia que Silvia se había casado pero él seguía sin olvidarla y decepcionado se levanto para irse a su clase de repostería, pero antes a su trabajo.

A los 18 años de edad Adán había aprendido bastante sobre los postres, su hora más brillante del día era cuando iba a su clase y creaba como un artista un bello y delicioso postre, era como el descanso a lo que era en la mañana el fastidio de estar contestando llamadas para dar información, sobre todo porque por lo regular lo hacían repetir varias veces, ya que no se entendía muy bien al hablar por su problema de nacimiento. Muchas ocasiones escuchaba a los compañeros de trabajo murmurar que parecía ser chino por la forma en la que hablaba. Adán triste y fatigado salia todo los días con ganas de nunca regresar.

Después de haber disfrutado aquel libro del "El Principito", decidió comprar uno nuevo, en esta ocasión le toco el turno a "Navidad en las Montañas" de Altamirano.

Adán era un fiel amante de todo lo mexicano y procuro empaparse de todo lo que pudiera, recorría en sus ratos libres a todo León y al final, cuando sus pies no daban para más, tomaba asiento ya fuera en el centro histórico, en frente del Hotel Condesa o en su defecto si no andaba por esos rumbos, elegía un parque para leer y observar a la naturaleza y el movimiento de su ciudad en sí.

Así paso practicamente casi todo el año y ya a los 19 años empezó a socializar con sus amigos en aquella clase de repostería en la cual había terminado para él hace varios meses pero no tenia pensado dejarla, le gustaba demasiado, además los nuevos estudiantes habían hecho buena conexión con él.

*En la próxima parte veremos una amistad más fuerte que nunca, que logra hacer con una chica nueva, en la clase de repostería, la cual le ayudara a Adán a soportar el recuerdo de Silvia, todo esto y más cuando historias Italianexadas continúen.