Abuelo Cubetas (5ta. Parte)

En los inicios de quinto grado Pandolfito mostraba empeño no modificaba su actitud, empeñado a hacer bien las cosas no dejo de hacer lo que tenia que hacer, como un buen niño.

pasado unos meses Pandolfo había hecho un amigo llamado Enrique, era más ponchado, algo robusto, moreno oscuro. Se dedicaban a jugar en los recreos entre ellos, a veces era canicas, otras trompos, incluso al yoyo, todos esos juegos que hoy en día no acostumbra nadie tras la llegada de la televisión o la computadora.

Un buen día Enrique le dijo a Pandolfo que ya se había aburrido, quería hacer algo nuevo, que en cuarto año solía hacer una que otra bromilla. -mira, observa al maestro- le dijo Enrique y se dispuso a llevar a cabo una tremenda travesura, caminando llego hasta donde un grupo de muchachillos de dos grados menores jugaban y platicaban, sigilosamente se acerco y sin perder tiempo de que los fueran a ver les dejo caer unas cebollitas, de esas envueltas en papelitos y con ese nombre por su parecido con las cebollas; al haber arrojado aquellas cebollas y varias a la vez, sonaron con fuerza al tocar el piso y todos sin excepción alguna brincaron de susto, los había aterrorizado a todos, no se lo esperaban y de pronto se dejo escuchar varias risas al unisono de todos los que habían visto el espectáculo, incluso Pandolfito sonrió.

Ya en el salón le dijo a Enrique, -oye te pasaste de la raya un poco, ¿no crees?- y Enrique le dijo -no, para nada, si no puede uno bromear, entonces no tiene chiste -pero hiciste llorar a uno de ellos! -contesto Pandolfo y de manera muy sínica termino la platica Enrique diciendo -si verdad jejeje.

Al transcurso del año Pandolfo y Enrique se dedicaban a molestar a niños menores y como no queriendo le empezaba a parecer mucho muy divertido, ya que anteriormente él no quería participar, solo ver, pero ahora la cosa era diferente, él quería ser parte de la acción, estar más cerca de la travesura. Por lo regular salían triunfantes de los actos ya que aunque algunas veces chismeaban los afectados, no les hacían más que darles un regaño, como veían a los dos con buenas calificaciones y buen empeño en clases, no estaban muy seguros en creerles, pero en realidad eran otra cosa en los momentos de recreación!!

Enrique había motivado a Pandolfo a estas bromas y hacían de todo, jugar entre ellos pero lo mejor venia cuando salían con una broma de un ruido o algo que sorprendiera a los demás, algunos niños ya hasta asustados o siscados estaban, no parpadeaban ni un instante por miedo a una bromita, aunque claro esta que eso solo pasaba con los niños de segundo de primaria y algunos de tercero, claro estaba que solo con los que sabían que podían!!

Había resultado un año muy provechoso y divertido pero las calificaciones ya no eran de puros nueves y dieces, en ocasiones eran ochos, aún así era muy buen promedio, ¿en su próximo año de clases iba a seguir esta conducta o la iba a cambiar para mejor o para peor? solo tendremos que esperar la próxima parte.