Eran las tres de la mañana; quizá para la gran mayoría de la gente sonaría como una hora cualquiera, pero yo sabía que era la hora del terror, el momento que todo el mal está libre, cuando más despiertos y cuidadosos deberíamos estar. Lo increíble en realidad, es que es a la hora en que más profundo nos encontramos dormidos.
La abuela que se encontraba en la habitación del fondo -ambos dormíamos en el segundo piso- gritaba de una manera extraña, no se podía entender una sola palabra, solo sabía que estaba necesitada de algo, sonaba a sufrimiento su apesadumbrado grito. En la casa vivimos cuatro; mis padres que estaban fuera del país, tomando su luna de miel a conciencia, debido a que nunca estuvieron del todo satisfechos de la real luna de miel, digamos que le estaban dando una segunda oportunidad, a lo que yo bien sabía que esto traería un nuevo integrante a la familia. Pero en fin, la abuela era otra integrante de esta casa, abuela de parte de mi padre; después del fallecimiento del abuelo vinieron una serie de problemas y frustraciones que causaron abatimientos, pocas ganas de luchar por solo vivir, pero sobre todo, pues la perdida de la casa de los abuelos, entonces nos la trajimos aquí, y hasta la fecha la abuela no hace más que dormir, no se levanta de su cama para nada. Finalmente yo soy el que completa los integrantes, sigo en casa de mis padres porque soy menor de edad y apenas voy en el séptimo grado de estudios -otro grito vino del cuarto de la abuela- salí en busca de ella.
Toque a la puerta de la abuela, no respondió, intente de nuevo y la misma respuesta, entonces no me quedo de otra más que entrar sin el permiso de ella. Una vez adentro, vi que estaba destapada, en su clásico camisón, me sorprendió ya que hacía mucho frio; estaba volteada dándome la espalda, acostada de lado, pregunte a la abuela si necesitaba algo, ella solo murmuro algo, me acerque a ella -y ahí fue cuando todo resulto extraño- volteo hacia mi demasiado rápido y me mordió la oreja arrancándomela completamente. Le grite a la abuela, que estaba loca ¿que le sucedía? Llena de sangre en la boca y con rostro maligno, la abuela se levanto de la cama y se aproximaba hacia mí, yo con dolor en mi oído no pude más que solo inmovilizarme, permití que se acercara y cuando le vi intenciones de arrancarme el cuello con sus dientes, sorprendido salí corriendo de su cuarto. Mi abuela estaba loca.
Entre a mi cuarto y puse el botón. A solo cuestión de segundos, estaban golpeando la puerta y sabia quien era, estaba aterrorizado. Los minutos pasaron, supongo alrededor de media hora, en casos como estos de nervios extremos, pueden parecer horas. Escuchaba ruidos por la ventana al exterior de la casa, entonces decidí asomarme, a lo que mis ojos no pudieron rápidamente asimilar, estaban docenas de zombies haciendo destrozos. Mi mente volvió a la casa y a lo que sucedía en la misma, ahora tenía sentido, mi abuela era un zombie, jejeje, podía reírme de eso, era un alivio, matar un solo zombie hasta un niño de 10 años podía hacerlo.
Abrí la puerta con mucho cuidado de que no se encontrara la abuela a un lado, pero no, sus movimientos venían de abajo, en la cocina. Una vez abajo tome el machete de colección que había comprado después de ver la película de Robert Rodríguez, que lleva el nombre de dicha arma. Me acerque, la observe alimentándose del gato que solía meterse casi cada noche, decidí permitirle el gusto de terminarlo. Una vez que pareció acabar con él, y darse cuenta de que alguien estaba cerca de ella, volteo para seguir abasteciéndose de su hambre insaciable, fue entonces cuando corte la cabeza de la abuela en dos pasadas por su cuello.
El terror había pasado, el dolor de mi oido destrozado no, era insoportable. La hora del terror concluia pero, ¿hasta cuándo estaría seguro? Afuera había probablemente centenares de zombies esperando para alimentarse de mis viseras…
Francisco Alvarez (Blackeagle - Italiano)
Descansen en paz y chequen debajo de su cama porque no saben cuantas cosas, criaturas y entidades malvadas aguardan para salir....cuando duermes!!!
6 comentarios:
Solo puedo decir que las orejas no son nutritivas y que ahora debe de tener problemas de equilibro
NO INVENTES tu relato esta escalofriante jejeje, me gusto mucho ud si q le late la lectura de terror¡¡¡
besos guapo
Oh! Menuda abuela tan hambrienta! jeje.
La Dama de los Vampiros ya tiene 450 amigos, y para celebrarlo os he hecho un regalito, si quieres recogerlo, pásate por: http://premiosyregalosdesamantha.blogspot.com/2010/11/la-dama-de-los-vampiros-tiene-450.html
Un saludo!
Óooooooorale... si antes no podía dormir por el miedo de que hubiera algo abajo de mi cama, ahora menos... Lo único que me consuela es que yo no tengo abuelitos zombies, jajajaja
Un gusto pasar por aquí, un abrazo!
hola!!!!
la verdad ? que me encanto con la tranquilidad con la que te quedaste despues que te mordio una oreja entera!
jajajajja esta buenisimo el relato y sabes? yo siempre de mas chica le tenia miedo a lo que podria haber debajo de la cama....
amigo mio te dejo un besin enorme!!
:) sauvignona
I´m back*
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