El Charro Bragao Enfrenta al Tingas (parte 1 de 4)

Pasen y apoyen a las Serpientes en Silencio, por favor!! y una semana después a este mi blog!! jejeje si no es mucha molestia!!

El Charro Bragao enfrenta al Tingas.

En las afueras del condado todo era paz y tranquilidad, no se escuchaba ni un alma, no se olía un poco de vida aunque en la mera parte media se encontraba una cantina y si te acercabas 10 metros no podías evitar escuchar un toque de jarras, el movimiento de mesas y uno que otro murmullo.

Por fuera de pronto la paz termino por instantes y de un extremo se fue acercando un caballo de color café claro y en la frente, de la cara del mismo, una linea gruesa en blanco, era un caballo muy atractivo, si yo el narrador fuera una yegua, me casaba con ese caballo, pero ya que ni soy yegua ni mujer, mejor me caso con una hermosa hembra. Sobre el caballo estaba sentado un hombre con una cara decidida, no sabias que tan decidida o en que sentido, pero sabias que si era cuestión de matar, de acabar con una vida, no se tentaba ni mucho menos!! Todo mundo le temía, llegaba y ayudaba a todos aquellos de los ladrones o asesinos que por ahí pasaban, pero nunca se iba de manera gratis, a cambio de ese favor cobraba un precio mucho muy alto, en ocasiones preferían que les robaran en lugar de la ayuda del Charro Bragao -como le solían llamar- puesto que de no cumplirle el cobro al Charro, él se disponía a cobrarse de una manera non grata.

El Charro Bragao bajo del caballo en la entrada de la cantina y se dispuso a entrar. Una vez dentro se fue directo a la barra pidiendo una muy fuerte bebida -Hey!! hijo de la ching..., si, te hablo a ti pinche cantinero, dame una jarra llena de leche, aah! pero que sea de leche entera!!

La gente dentro de la cantina al tenerlo cerca sentía miedo y a la vez nervios de que se les acercase, aunque a lo lejos una mesa de dos charritos platicaba y platicaba, no se habían dado cuenta de la presencia del Charro, de otra manera nunca hubieran estado como si nada, sabían que se arrepentirían si el Charro Bragado era atraído hacia ellos, desgraciadamente para ellos así fue cuando un charrillo comento algo que entendió hasta la barra que decía así -Pues yo creo que se lo van a chingar, ¡pobre del charro bragao! -mientras el otro charrillo le respondía- ¡Pues avisale! -No guey, ¿me crees pendejo o que? si le digo igual y hasta me mata. -Pues si, mejor ni le si... -Hey!!! -se escucho a lo lejos de la cantina, los charrillos sintieron el corazón que se les hundían o se estremecía, que se les achicharraba, como si por dentro no quedara vida, se secara toda vida por dentro.

Que tal queridos amigos -les dijo el charro bragao con una sensación de ironía- ¿como les ha ido esta maravillosa tarde? ¿Disfrutando de lo lindo en esta cantina? ¡Muy bien! Ahora solo me van a decir quien se supone me va a chingar -y sin perder tiempo levanto a uno de los charrillos, lo cacheteo, le dio una que otra nalgada, le pico los ojos y lo golpeo unas diez veces contra la mesa, dejando la cara con zonas ensangrentadas, el charro tenia extrañas formas de intimidar y hacer quedar en ridículo a sus victimas, como eso de las nalgadas y cachetadas.

Y bien ¿quieres pasar por lo mismo charro pendejo? -le pregunto el charro bragao- dime quien quiere matarme, ¡ahora mismo!

-Pues mire, yo solo se...

-no, no me salgas con que solo sabes, dime con exactitud quien quiere partirme la cara y todo lo demás, de no ser así tendrás peor suerte que tu amiguito.

-Pue, pue, pueeeess yo lo que se es que "el Tingas Martinez" anda hablando por ahí, dejando saber a todos que es mejor que tú y ya le tienes hasta la madre, que te va a matar como un perro.

-Ahh, eso dijo el Tingas, ¡pues ya veremos!

Sin decir más el charro bragao salio cargando con el charrillo que le confeso lo de Tingas y una vez afuera de la cantina le dejo saber que, aún cuando le contara algo, le tratara con respeto, que no tenia porque haber repetido en su cara eso de "le tienes hasta la madre... matar como un perro" y eso solo significaba una cosa, le agarro la cabeza, la golpeo contra un poste que le daba fuerza a la cantina para sostenerla, y le restrego el rostro contra la madera, después le dio un puntapié en el estomago dejándolo sin aire, y agarrándolo del cuello lo arrojo a la tierra seca, le acomodo unas cuantas pasadas en las costillas y finalmente lo hizo desnudar, recordándole que se quedara solo con los calzones, que no tenia porque ver más de eso pero cuando se fuera, terminara de desnudarse y caminara por todo el condado sin prenda alguna y muchos podrían pensar que no lo hacían y ya, al fin no se enteraba, pero cometer tal estupidez con el charro bragao era la muerte, el tenia chismosos amenazados por todos lados y de no cumplir alguien con su cometido, era capaz de regresar y sin decir más dejarle una bala entre las cejas.

El charro bragao salio montado en su hermoso caballo, en busca de más información y al mismo tiempo en busca de el Tingas, solo tenia una cosa en su mente y esa era, ¡matarlo despiadadamente!

Continuara...